¿QUÉ SERÁ DE TU VIDA EL DÍA DE MAÑANA?

La respuesta a esta pregunta es tan sencilla como profunda:
“La vida es como la neblina del amanecer, aparece un rato y luego no está.”

La mayoría de nosotros no sabemos cuándo será nuestra última temporada, pero sí tenemos la oportunidad de vivir cada día al máximo, abrazando nuestros sueños y preparándonos para cuando ese momento llegue.

Algunos parten de este mundo sin saber que están en el último capítulo de su vida, pero lo hacen viviendo cada día como si lo supieran. Viven con pasión, persiguiendo sus sueños y dejando un legado en cada paso que dan.

Hace apenas unos días, el 8 de abril de 2025, nos sorprendió la noticia del fallecimiento del músico y cantante de merengue Rubby Pérez. Un colapso en el techo de una discoteca en República Dominicana puso fin a su vida. Aquel día, Rubby cerraba su última temporada en esta tierra de la mejor manera: haciendo lo que amaba. Cantaba, bailaba, silbaba y animaba a quienes lo rodeaban en ese momento. Dejó un legado en sus hijos, en los músicos que caminaron junto a él, en su país, en otros países como Venezuela, y en todos los que por décadas disfrutamos y bailamos sus canciones.
Eso es lo importante: dejar una huella al partir y vivir cada temporada al máximo.

Pocos días después, el 21 de abril de 2025, despertamos con otra noticia que conmocionó al mundo: Jorge Bergoglio, el papa Francisco, había fallecido. Aunque sus complicaciones de salud ya eran conocidas, no dejó de cumplir su propósito hasta el final. Apenas 15 horas antes de partir, ofreció su último discurso frente a más de 5.000 personas, clamando por la paz mundial con estas palabras:

“No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por la opinión de los demás.”

Un líder que rompió esquemas, derribó paradigmas y dejó un legado imborrable en millones de personas.
Vivió su última temporada haciendo lo que le apasionaba.

Este mes nos deja dos grandes ejemplos de lo que significa vivir una vida entregada a nuestros sueños y pasiones. Nos recuerda la importancia de dejar una huella en quienes nos rodean: en nuestra familia, amigos, vecinos, ciudad y país.

Y si un día la última temporada nos sorprende, que nos encuentre viviendo al máximo, abrazando nuestros sueños y construyendo nuestro legado.
Porque recuerda siempre:

“La vida es como la neblina del amanecer, aparece un rato y luego no está.”